Productos Autoportantes:
Son capaces de soportar todo el peso del
apilamiento sin sufrir ningún deterioro. Por lo
general, son autoportantes los productos que
van envasados en latas, botes o botellas y todos
los que, por su forma y dimensiones, se pueden
apilar superponiéndose, de modo que se colocan
unos encima de otros.
Productos No Portantes:
El embalaje sólo, sin la ayuda del producto, debe
soportar cualquier esfuerzo que se presente.
Para la conservación de todas las cualidades del
producto será necesario el fortalecimiento del
embalaje. Ejemplo: snacks, cerámica, cristalería.
Productos Semiportantes:
Estos no son lo suficientemente portantes en las
condiciones de utilización como para soportar por
si solos los esfuerzos de compresión que se
generan durante el apilado.
Su capacidad de sustentación debe evaluarse en
función de los límites de deformación que el
producto admite, sin que ésta llegue a perjudicar
la comercialización del producto.
Los más comunes son:
Cajas de madera.
Cajas plegables o rígidas de cartón o plástico.
Latas metálicas (en latón o aluminio).
Botellas y frascos fabricados en vidrio o plástico
Botellas de aerosol o gas (en metal).
Ampolletas.
Cilindros y barriles de metal o madera.
Sacos de yute.
Bolsas de papel o plástico..
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